FOTOGRAMAS DE VIOLENCIA Y RESISTENCIA DEL 28A / THE FRAMES OF VIOLENCE AND RESISTANCE OF 28A
Tania Tapia Jáuregui
A las narrativas oficiales alrededor de las manifestaciones del paro nacional de 2021, la ciudadanía respondió con la formulación y circulación de contra-narrativas. A través de testimonios e imágenes emitidos por los mismos ciudadanos, Internet se convirtió en plataforma de visibilización de denuncia de la violación de derechos humanos, en particular por parte de la Fuerza Pública. A un año de la primera jornada del paro nacional, el archivo personal de Tania Tapia reposa en su celular, quieto, durmiente, y la periodista intenta responder a la pregunta: ¿qué hacer con un archivo de la violencia una vez el instante de la violencia pasa? El trabajo conjunto de medios periodísticos como Cerosetenta con agencias como Bellingcat o Forensic Architecture llevó a reconstruir escenas del crimen a partir de investigaciones open source para ensamblar, a partir de fragmentos lacunarios, historias de violencia.
The official narratives of the 2021 national strike’s demonstrations were opposed by the citizens’ formulation and circulation of counter-narratives. Through testimonies and images of members of the public, Internet became a space to denounce the violation of human rights, especially by members of the Public Forces. One year since the beginning of the protests has passed, and Tania Tapia’s personal archival lingers still and silent in her cellphone, as she asls herself: what happens to the archive of violence once the instant of violence itself is over? The cooperation between media platforms as Cerosententa and agencies as Bellingcat or Forensic Architecture led to the reconstruction of crime scenes: through open source data, histories of violence were built from lacunary fragments.
CÓMO SENTIRLE EL PULSO AL ARCHIVO
Se llega con la cámara en la mano y los pies inquietos.
Hay banderas y arengas. También espacio y luz. Luego vendrán las imágenes de noche en callejones estrechos y oscuros.
Ahora es indignación a ritmo de fiesta. Más de 50.000 personas en todo el país, arroja un periódico.
Entonces testimonio en vivo de la marcha, el del feed de Twitter y las historias de Instagram. Después archivo.
Recomendaciones para el gas lacrimógeno: un trapo en nariz y boca. No tocarse los ojos. Echarse agua con bicarbonato. (Impregnar el trapo)
Sobre las 2 de la tarde la disposición cambia: ahora el registro se hace desde los lados. Cuidar el cuerpo. El espacio lo llenan el humo y los estruendos.
El archivo crece y se va volviendo evidencia.
La ley dice: la Policía solo puede detener en tres circunstancias específicas, por orden de captura, in fraganti o “alto grado de excitación”. En la práctica, la ley se interpreta ampliamente.
La ley dice: los cuerpos antidisturbios solo pueden disparar sus municiones de manera parabólica, nunca de frente a los manifestantes.
La realidad es otra.
Saldos de la represión: al menos 103 con heridas oculares.
Los gases avanzan y se devuelven.
Inundan y unos los retan.
Los proyectiles dominan y la masa se disuelve en vías de escape.
La violencia palpita. El miedo reina.
Los espacios abiertos ahora bajo el control de la Fuerza Pública.
Se huelen instrucciones: evacuar, seguir, confrontar.
Confrontar se vuelve apuntar. Y muy pronto en lo que duraría meses, apuntar se vuelve disparar.
Saldos de la represión: al menos 69 muertos. Marcelo Agredo es el primero.
Las marchas seguirían a pesar de la represión circundante, de los cuerpos que caían sobre el cemento.
El archivo respira.
HOW TO FEEL THE PULSE OF THE ARCHIVE
One arrives with camera in hand and restless feet.
There’s flags and chants. Lots of space and light. Only later will nocturnal images in narrow alleys come up.
Indignation moves to the rhythm of celebration. Over 50.000 people all around the country, a newspaper asserts.
Right now, it’s the live testimony of the demonstration, Twitter feed, Instagram stories. Later, an archive.
A note on tear gas: a cloth over the face. Not touching the eyes. Soaking the cloth in water and baking soda.
Around 2 pm, the spirit shifts: the broadcast is done from the margins. To take care of the body. Space is filled with smoke and bangs.
The archive grows bigger; becomes evidence.
The Police can only detain you in three specific circumstances: there’s a warrant, you’re caught in fraganti, or in a “high degree of excitement”. It is the law. In practice, the law is interpreted broadly.
Anti-riot squads can only launch their projectiles parabolically, never aiming at demonstrators frontally. It is the law.
Figures of the repression: at least 103 eye injuries.
The gases advance and disperse.
They flood and some challenge them.
The projectiles prevail and the mass dissolves through escape routes.
Violence throbs. Fear reigns.
The open spaces are now under the control of the Security forces.
Instructions are smelled: evacuate, follow, confront.
Confronting becomes aiming. And very soon, in what will last for months, aiming becomes shooting.
Figures of the repression: at least 69 deaths. Marcelo Agredo is the first.
The marches continue despite the surrounding repression, the bodies falling on the pavement.
The archive breathes.
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Tania Tapia Jáuregui es periodista y actualmente es editora del medio independiente Cerosetenta. Es profesional en Lenguajes y Estudios Socioculturales y Maestra en Arte de la Universidad de los Andes. En el pasado trabajó en VICE Colombia y en ¡PACIFISTA!, y ha escrito artículos para Bacánika, Arcadia, Cromos y La Liga contra el Silencio. Es una periodista especializada en la redacción de artículos sobre actualidad, género, cultura y posconflicto.
Tania Tapia Jáuregui is a journalist, affiliated since 2019 with Cerosetenta independent media, in Colombia. She studied Languages and Sociocultural Studies and Visual Arts at Universidad de los Andes. She has worked for VICE Colombia and ¡PACIFISTA! and written articles for Bacánika, Arcadia, Cromos and La Liga contra el Silencio. She specializes in topics such as current affairs, gender, culture, and post-conflict.